¿Cómo es la vida en un seminario de la FSSPX?

Fuente: FSSPX Actualidad

El Seminario Santo Tomás de Aquino es una casa de formación sacerdotal tradicional, desde el llamado inicial que lleva al joven a ingresar al seminario, hasta el cumplimiento de este llamado en su ordenación sacerdotal.

Nuestra misión en el seminario es la formación de sacerdotes santos, del sacerdote que es otro Cristo. La liturgia, la vida de oración, los estudios, el trabajo y la recreación; todo armonizado para hacer al seminarista semejante a Cristo.

La liturgia ocupa un lugar prominente en la vida del futuro sacerdote. Esto incluye: misa diaria, el alma misma de la vida del sacerdote, misa solemne los domingos y días festivos, y el Oficio Divino, cantado en comunidad. Los seminaristas son quienes se encargan específicamente de preparar estas ceremonias sagradas con gran atención y devoción. Los seminaristas se reúnen en la capilla para el rosario diario, la hora santa y el Vía Crucis. Además de la oración común, el silencio es esencial para una vida interior fecunda. El silencio es la atmósfera que impera en el seminario. Es la condición necesaria para la unión con Dios y los estudios intelectuales. La dirección de la vida espiritual del seminarista proviene principalmente de su director espiritual, y cada noche el rector del seminario imparte una conferencia espiritual a todos los seminaristas.

Una sólida formación en filosofía y teología es esencial para el futuro ministerio del sacerdote. El programa del seminario tiene una duración de siete años, comenzando con el año de humanidades en el que el seminarista refuerza los cimientos de su educación en las artes liberales y se adapta a la vida del seminario. Luego sigue el año de espiritualidad. Un año establecido por nuestro fundador Monseñor Lefebvre para brindar a los futuros sacerdotes una formación en teología mística y estética que le será útil por el resto de su vida. Luego están los dos años de filosofía en los que la sabiduría perenne de Aristóteles y Santo Tomás de Aquino forman la mente del joven aspirante. Finalmente, hay tres años de teología en los que el seminarista asume muchos de los deberes del sacerdocio, incluida la recitación diaria del Oficio Divino y la predicación.

La recreación también juega un papel importante en la vida del seminario. Cada día se reserva un tiempo por la tarde y por la noche para brindar a nuestros seminaristas la oportunidad de refrescar la mente y ejercitarse. Los domingos y miércoles hay un período más largo de recreación por la tarde, que es el momento preferido para muchas actividades que van desde los deportes y el ejercicio hasta una caminata revitalizante.

Como parte de nuestra formación, todos los seminaristas realizan tareas domésticas, como servir la mesa y lavar los platos, en una rotación semanal, inculcando en ellos un espíritu de diligencia y humildad. Además de estos trabajos semanales, los seminaristas tienen labores permanentes en distintas áreas, como la sacristía, jardinería, biblioteca, escuela, limpieza de la casa y arte. Estos trabajos preparan al seminarista para asumir funciones de liderazgo y responsabilidad, así como para garantizar el buen funcionamiento del seminario.

Nuestros hermanos, como “ángeles custodios de nuestra comunidad”, ayudan y dirigen a los seminaristas en gran parte de este trabajo. Los asisten especialmente en las tareas administrativas, en la cocina, en la carpintería y en el cuidado de los animales de nuestra granja.

El objetivo del seminario es la formación y preparación de jóvenes para ser sacerdotes en el modelo de Cristo. Preparándolos para llevar la antorcha de la Tradición por todo el mundo para restaurar todas las cosas en Cristo, siguiendo el ejemplo de nuestro fundador:

 “Tradidi quod et Accepi”

"He transmitido lo que he recibido".