Fiesta de San Alberto Magno - 15 de noviembre

Fuente: FSSPX Actualidad

Texto tomado del año litúrgico de los dominicos, escrito por el R.P. Mortier, La Liturgie Dominicaine, D.D.B., Lille-Bruges, 1924, 15 de noviembre.

San Alberto era de Suabia. Era un gran señor por sus orígenes, pero el sobrenombre de magno le viene de su maravillosa ciencia. Era conocido como El Filósofo. Así se le llamaba. Ingresando muy joven a la orden de los dominicos, bajo Jourdain de Sajonia, San Alberto realizó sus estudios en Colonia. Allí también aprendió a vivir en el amor perfecto de Dios, ese amor que desprecia las cosas de la tierra para darse completamente a Aquel que lo es todo. 

Habiéndose convertido en profesor, San Alberto asombró al mundo con la agudeza de su genio. En Colonia, en París, fue el primero de los maestros. A tal grado, que la sala del convento del apóstol Santiago, donde enseñaba en París, se fue volviendo demasiado pequeña, por lo que se vio obligado a satisfacer a su numerosa audiencia, dando sus lecciones en la plaza pública, que hasta el día de hoy lleva su nombre. 

San Alberto fue el primero que introdujo la filosofía de Aristóteles en la enseñanza universitaria. Tímidamente al principio, porque Aristóteles era objeto de sospecha por parte de muchos, e incluso fue eliminado de la enseñanza por una especie de excomunión papal. Pero San Alberto se había formado en Colonia, y llevó consigo a París un Hermano estudiante que derribaría todas las barreras, construyendo con sus principios adaptados a la fe cristiana el maravilloso monumento conocido como la Suma Teológica. Este alumno era el Hermano Tomás de Aquino.

San Alberto intuyó el genio de este discípulo cuya doctrina superaría a la suya; pero en su alma santa solo había una alegría pura en formar a tal doctor para la Orden y para la Iglesia.

Urbano IV destituyó a San Alberto de su puesto de Maestro para elevarlo al episcopado en 1260. Fue nombrado obispo de Ratisbona: pero este honor no le agradó en lo absoluto. San Alberto era ante todo un hombre de estudio. Fue por esto que presentó su renuncia después de tres años y regresó a Colonia entre los estudiantes. A los ochenta y tres años, todavía seguía enseñando.

Murió a los ochenta y siete años, en 1280. Le precedió en la muerte su amado discípulo, Santo Tomás de Aquino. San Alberto viajó incluso a París, a pesar de su avanzada edad, para defender allí su doctrina. La tumba de San Alberto se encuentra en Colonia, en la cripta de la iglesia de San Andrés.