La crítica del cardenal Zen contra el Sínodo y Fiducia supplicans

Fuente: FSSPX Actualidad

El cardenal Joseph Zen Ze-kiun, arzobispo emérito de Hong Kong, de 92 años, publicó en su blog una larga crítica al Sínodo de los Obispos, así como a la Declaración Fiducia supplicans, en la que acusa a la Secretaría del Sínodo de presentar una nueva eclesiología que “puede cambiarlo todo, la doctrina de la fe y la disciplina de la vida moral”.

Una sinodalidad sin suscriptores

El cardenal Zen parte de la observación del relator general del Sínodo, el cardenal Jean-Claude Hollerich: “la sinodalidad no es un concepto, es un proceso y parece que avanza bien”. Y responde: “Pero si no hay un concepto claro de sinodalidad, ¿con qué criterio se puede afirmar que el proceso fue sinodal y que la Iglesia se vuelve sinodal?" Efectivamamente…

Después de una larga digresión sobre el sínodo diocesano celebrado en Hong Kong por su predecesor, el cardenal John Baptist Wu, el cardenal Zen vuelve a la palabra “sinodalidad” preguntándose qué significa. Señala que el Instrumentum laboris del reciente Sínodo habla de una sinodalidad indefinida, de una “democracia de los bautizados”, preguntándose de qué se trata exactamente.

Entonces lanza este juicio: "Esta visión, si se legitima, puede cambiarlo todo, la doctrina de la fe y la disciplina de la vida moral". Se adelanta a los gritos de protesta: “¡Teoría de la conspiración! ¡Teoría de la conspiración!", que algunos le arrojarán. Pero recuerda primero la famosa nota de Amoris laetitia, luego la resolución sobre los “viri probati” del Sínodo de la Amazonia.

Continúa con el Camino Sinodal alemán, construido sobre la cuestión de los “abusos sexuales atribuidos al clericalismo” y que llegó a la conclusión según la cual “hay un problema grave en la estructura de la Iglesia que requerirá su completa revisión (¿inversión de la pirámide?) [alusión a una imagen del Papa Francisco. NDLR], y la ética sexual de la Iglesia debe actualizarse para adaptarse a la cultura moderna".

El prelado señala que “este camino sinodal aún no ha sido rechazado de manera decisiva”. Finalmente, recuerda el movimiento del “consejo pastoral holandés” que “estalló después del Concilio Vaticano II (con el nuevo catecismo holandés) y que llevó a la Iglesia de este país al actual languidecimiento que atraviesa".

Crítica contra la preparación del Sínodo

El cardenal Zen piensa que "la primera fase preparatoria del Sínodo, para los promotores del Sínodo, fue un gran fracaso. Al parecer querían disponer de abundantes hechos experimentales como base para toda la construcción ulterior del edificio de la sinodalidad". Pero la bajísima participación (apenas el 1%) y la incomprensión del objetivo no lo permitieron.

Continúa con una crítica contra la segunda fase preparatoria (continental) y su énfasis en el hecho de "compartir experiencias”; señala que la ampliamente utilizada “conversación en el Espíritu” no es una discusión. Y el hecho de imponer “este método a los trabajos del Sínodo es una manipulación destinada a evitar las discusiones. Esto es psicología y sociología, no fe ni teología".

Crítica contra el Sínodo de Roma

El cardenal expresó su gran decepción por haber “comprobado que esta fase había comenzado con el mismo método que la fase continental, método que no favorece la resolución de los problemas”. Y lo “más grave”, es que teniendo en cuenta el gran número de laicos con derecho a voto “ya no era un Sínodo de obispos”.

Y añade: "El Papa puede convocar cualquier asamblea para darle el consejo que desee. Pero en los sínodos de obispos solo votan los obispos. Llamar híbrida a la reciente asamblea de la primera sesión del Sínodo de los Obispos es un nombre gravemente inapropiado". Y señala como muy preocupante el hecho de que la Secretaría del Sínodo de los Obispos se llame ahora Secretaría del Sínodo en el Anuario Pontificio.

El alto prelado concluye que “la primera sesión no debe, por tanto, entenderse como un verdadero Sínodo, sino solo como una nueva preparación para la segunda sesión, la única que con razón puede llamarse Sínodo de los Obispos, y que concluirá con resoluciones aprobadas únicamente por los obispos". Al menos ese es el deseo del exarzobispo de Hong Kong.

La Declaración Fiducia supplicans

El cardenal Zen toca finalmente el punto de la Declaración Fiducia supplicans del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, que justifica la bendición para las parejas homosexuales en determinadas circunstancias. "Al principio fue una sorpresa, luego una gran confusión. Un comunicado de prensa, fechado el 4 de enero de 2024, parecía una semiretractación de la Declaración anterior".

Primero, la sorpresa. El porporato recuerda las dubia enviadas al Papa por cinco cardenales en julio: “cinco preguntas, sobre las que esperábamos obtener una respuesta clara”. Recuerda la “increíble rapidez” de la larga respuesta recibida, y señala “el arsenal de la Secretaría del Sínodo preparado para contrarrestar opiniones contrarias”. Fiducia supplicans solo es el desarrollo de esta larga respuesta a las dubia.

Una sorpresa muy desagradable, añade el texto: el cardenal considera que era más que razonable esperar hasta la próxima sesión del Sínodo, después de una seria discusión, para encontrar una solución. "Anticipar tal discusión es un increíble acto de arrogancia y una falta de respeto hacia los Padres sinodales".

Finalmente, “la Declaración ha provocado inevitablemente una gran confusión, y amenaza con una grave división nunca antes vista en la Iglesia”, concluye.